Si puedes hacer un montón con todas tus victorias Si puedes arrojarlas al capricho del azar,
y perder, y remontarte de nuevo a tus comienzos sin que salga de tus labios una queja;
Si logras que tus nervios y el corazón sean tu fiel compañero y resistir aunque tus fuerzas se vean menguadas con la única ayuda de la voluntad que dice: “¡Adelante!”
y perder, y remontarte de nuevo a tus comienzos sin que salga de tus labios una queja;
Si logras que tus nervios y el corazón sean tu fiel compañero y resistir aunque tus fuerzas se vean menguadas con la única ayuda de la voluntad que dice: “¡Adelante!”